Dios es tu apoyo
*Nada te separará de su AMOR*
En una cafetería en Utuado, Puerto Rico: Su rostro cambió de color cuando le dije que nadie le amaba como Dios.
Uno de los tesoros más preciados que Dios nos ofrece es el tiempo. Tiempo para que sea utilizado sabiamente y atesorado como se atesoran las piedras preciosas. En mi caso fueron demasiados los años que viví malgastándolo. Buenas oportunidades, salud y buenos recursos a mi alcance. Diría yo, qué demasiados instantes de sobre confianza en mí mismo y orgullo espiritual lo echaron casi todo a perder.
Tormentas impredecibles y casi siempre destructivas anegaban mi alma y la alejaban de toda posibilidad de atracar en puerto seguro. Nada, que el vivir de esta manera estaba aniquilando mi ser, física y sobre todo espiritual. Relaciones manchadas por demasiados malos entendidos.
Un bendito día y para mi sorpresa, recibí una invitación a una iglesia. Decidí asistir, aquella mañana oré con fe y total renuncia a los caprichos de mi ego. Cuando el predicador preguntó si alguien necesitaba oración, pasé al frente sin pensarlo mucho. Él, me habló palabras de parte de Dios que me hacían mucha falta escuchar. Palabras que me consolaron y al mismo tiempo me confrontaron con mi realidad de hombre pecador.
Recuerdo que con autoridad y firmeza me dijo: “Nadie te separará del amor de Dios“y luego me citó Romanos 8:35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
La palabra de Dios es medicina al alma. Esta nos convence y transforma de manera poderosa y milagrosa. Admito que tal vez algunos al leer estas líneas piensen que su caso es un imposible, que no hay vuelta atrás… Tal vez existan situaciones en su vida que lamentablemente el reloj del tiempo no pueda borrar. Tiempo lamentablemente perdido, dañado por nuestras propias manos.
Sin embargo, el arrepentirse genuinamente y volver a caminar en la dirección correcta pueden sanar muchas heridas viejas que aún nos persiguen. Volver a caminar hacia una nueva vida, a una relación intensa e intima con Dios.
Romanos 8:38-39 dice: Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
-SAC
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