Cuando no prevalece el AMOR*


Cuando no prevalece el AMOR*
Serafín Alarcón

Gálatas 5:14-15
Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 15 Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.

En una ocasión evangelizaba una comunidad en el pueblo de Patillas y cuando salió la persona a atenderme sencillamente me trató con tono áspero, desprecio y orgullo. Prácticamente me boto de aquel lugar diciéndome mil cosas injustas. En verdad me sentí muy mal y sobre todo molesto con tantas ganas de haberle dicho algo en respuesta. Fue entonces cuando recordé Gálatas 5: 14-15.

Y es que hermanos, cuando no estamos motivados por el amor, casi siempre nos transformamos en expertos críticos de los demás. Entonces encontrar algo bueno en nuestro prójimo cada día se hace un ejercicio imposible pues solo las faltas sobresalen. Y bueno, se rompe toda unidad sea en la iglesia, la familia, el trabajo y en la calle. Sé que muchas veces hemos sido objeto de ataques injustos de parte de personas que nunca imaginamos. Pero… ¿Tengo derecho de hacer lo mismo en respuesta? ¿ Me he dejado seducir por alguna raíz de amargura y me he convertido en un murmurador y criticón de otros?
Estas son preguntas que se levantan cuando reflexiono en lo que el apóstol Pablo narra en la porción bíblica antes mencionada. No puedo recibir la gracia de Dios y su perdón si no estoy dispuesto a perdonar legítimamente y con todas las fuerzas de mi corazón. Dar la otra mejilla aunque seamos los ofendidos es imperante.

Recordemos lo que dice el texto mas adelante en los versículos 22-25: Mas el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Salmos 149:4-5 - porque el Señor se deleita en su pueblo; él corona al humilde con victoria. Que los fieles se alegren de que él los honra; que canten de alegría mientras descansan en sus camas. Hay tantas razones para dar gracias a Dios. Darle gracias por su fidelidad en cada prueba. Por su paciencia cuando muchas veces no queremos escucharle. Y claro, por su AMOR inagotable. Cantarle y alabarle con toda el alma es cosa obligada para todo aquel que ha sido bendecido por su Gracia y misericordia. !Animo!