Me rescató
*Me rescató*
Pero las cosas que para mí eran ganancia, las he considerado pérdida a causa de Cristo. Y aun más: Considero como pérdida todas las cosas, en comparación con lo incomparable que es conocer a Cristo Jesús mi Señor. Por su causa lo he perdido todo y lo tengo por basura, a fin de ganar a Cristo y ser hallado en él; sin pretender una justicia mía, derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que proviene de Dios por la fe. - Filipenses:3:7-9
Para mi la vida se ha convertido en esa aventura inmerecida y nunca pensada. Hoy desperté pensando como Jesús transforma la existencia de los hombres. Agustín de Hipona fue el personaje que vino a mi mente una vez aterrizó ese deseo de dar gracias al Padre por lo que ha hecho en mi vida.
Y, es que este hombre sufrió esa bendita GRACIA que sencillamente vuelca nuestra vida. De una vida lisecenciosa, carnal y egoísta a una de entrega y sujeción al Padre de toda la creación. En Cristo San Agustín, como le llaman los hermanos católicos, conoció de forma sobrenatural esa convicción de fe que sólo el Espíritu Santo puede dar.
Entonces vino a mi mente Saulo de Tarso. Sí, ese que después de ser derribado de un caballo, de perseguidor el Señor lo hizo perseguido. Ese Apóstol que transformado, nuevamente por la GRACIA, dejó su vieja vida para lanzarse a una entrega abnegada y fiel a CRISTO.
Al igual que Agustín de Hipona, al igual que Pablo hoy tengo que compartir esto que Jesús ha hecho en mi corazón. Esto que también ha calado tan hondo que a veces me pregunto si me estoy volviendo loco. Loco de AMOR por aquel que por AMOR a mi también me rescató.
Serafín Alarcón Carrasquillo
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