Con la guía del Espíritu de Dios has de ver las cosas con mayor claridad

*Su sombra restaura*

En ocasiones la vida se nos presenta como la paleta de un pintor llena de colores. En otras, desmedidamente nos roba todo, y todo lo vemos gris, oscuro y ausente de lumbreras.

Que esta sencilla nota seque todas las lluvias de tu llanto. Alas rotas por demasiadas notas desafinadas. Y entre tantos escombros dejados atrás, habituales se pueden convertir los quebrantos.

Entonces la caricia de una mariposa no vendría nada mal. Allí, un abrazo no se niega, jamás se puede rechazar. Allí la ausencia de un poeta se hace notable.

Un abrigo oportuno, una tarde clara, casi sin nubes y teñida de un azul celeste que te llene de esperanza.
Y, aunque las heridas a veces son demasiado profundas, quisiera morir contigo si me fuese necesario.

Que viajar solos por el mundo con un profundo dolor no puede esculpir nuestra vida. Que sería una condena casi de cadena perpetua el vivir lejos del AMOR de mi Señor.

Ahora te comparto mis ansias dejando que algunos hasta se rían de mi. Pero, sigo confiado y no dejó que nadie me piense desdichado e ingenuo.
Sólo en Cristo tropecé con la luz que iluminó mis días. Hoy te digo que en Él no hay mejor sombra para el día.

Salmos:42:1-5
Como ansía el venado las corrientes de las aguas, así te ansía a ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo iré para presentarme delante de Dios?

Mis lágrimas han sido mi alimento día y noche, mientras me dicen todos los días: "¿Dónde está tu Dios?" Recuerdo estas cosas y derramo mi alma dentro de mí: cuando pasaba con la muchedumbre, guiándolos hasta la casa de Dios, con voz de alegría y de acción de gracias de la multitud en fiesta. ¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera a Dios, porque aún le he de alabar. ¡Él es la salvación de mi ser!

Serafín Alarcón Carradquillo

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Salmos 149:4-5 - porque el Señor se deleita en su pueblo; él corona al humilde con victoria. Que los fieles se alegren de que él los honra; que canten de alegría mientras descansan en sus camas. Hay tantas razones para dar gracias a Dios. Darle gracias por su fidelidad en cada prueba. Por su paciencia cuando muchas veces no queremos escucharle. Y claro, por su AMOR inagotable. Cantarle y alabarle con toda el alma es cosa obligada para todo aquel que ha sido bendecido por su Gracia y misericordia. !Animo!