Ya no seré igual
🔥Martes 1 de febrero de 2022
Ya nunca seré igual…
Manatí, Puerto Rico. Aproximadamente 9.30 am en una cafetería de un hermoso camino rural. Allí, entré con la intención de alcanzar alguna vida. Cuatro hombres desayunaban comida fuerte en las mesas. Me acerqué al primero mostrándole una tablita que decía: DIOS TIENE EL PODER. Con sonrisa amable asintió y hasta ofrendó. Luego fui a la otra mesa y entonces sucedió lo inesperado… Manuel, ese es su nombre; me invitó a desayunar con él. Le dije que a penas acababa de empezar a trabajar agradeciéndole el gesto de hermandad.
Él insistió casi obligándome a sentarme y a escucharle por unos minutos. Hablamos de todo, hablamos de su fracaso matrimonial, de sus hijas que hacía más de un año no veía. Con sinceridad admitió que se sentía culpable por todo lo amargo que experimentaba. Detalles demasiado íntimos para compartir, fueron los verbos y adjetivos de mi amado hermano del norte de la isla. Aquel encuentro no era una casualidad, aquel encuentro me marcaría por el resto de mi vida.
Muchas veces Dios prepara encuentros de impacto. Encuentros que Jesús usa para que tomemos conciencia de la gran necesidad que hay allá fuera. Tanto para mí, como para este hombre esa mañana fue demasiado intensa. Oramos juntos en la misma cafetería bajo la mirada de asombro de muchos. De eso se trata este trabajo. Un trabajo que sin duda cambió para siempre mi ser. Ya nunca seré igual…
Salmo 28:8-9 El Señor es la fortaleza de su pueblo, Y el refugio salvador de su ungido. Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; Y pastoréales y susténtales para siempre.
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