Serafín Alarcón Carrasquillo

No soy un barco a la deriva No soy ancla resignada Una verja que separa No soy esa estrella fugaz que no te da tiempo ni para soñar No soy No soy un trapo viejo de huecos consejos Soy un servidor de letras De versos y antónimos poemas Soy fruta lista Una mañana casi susodicha No soy un barco a la deriva No soy un puente roto Soy ese corazón que solo por ti palpita.

Una mañana me levante y ya no estabas tú  Y trate de no caer en profunda depresión Y no pude hacer nada por los dos Una tarde sin tu amor Una noche sin aliento Sin inspiración Que hice mal? Que dejé atrás que ya no puedo recuperar? Ya no estabas tú Ya no estaba y o

Una sonrisa hija de tu amor   El único amor que se necesita Uno que no es egoísta Uno que no miente Que nunca lastima    El único amor que inspira El único que no marchita      Un amor como tú amor me roba hasta el más preisiado aliento El amor sana todas las heridas El amor como tú amor dibuja una sonrisa muy adentro en mi interior.

Árboles que anunciam la llegada de un viento nuevo Una alfombra de hojas secas Una llamarada provocado un torbellino en mi interior Aires secos anuncian su llegada y nada puedo hacer Árboles anuncian un nuevo ciclo de vida Y las hojas se levantan en rebelde vuelo En adolescente ímpetu me envuelvo Con espíritu aventurero enfrento la vida                       Árboles anuncian hoy la llegada de un tiempo mejor.

Que los cielos no siempre son color azul Al otro lado de la verja hay sed Es cuestión de actitud Ingenuo no quiero ver No quiero decir: lo siento Los celos adquieren personalidad Poderes que adulteran las aguas   Amaneceres huerfanos Noches sin estrellas                 Es cuestión de actitud   Que no siempre los cielos son color azul.

Yo le temía a la vida Imposible mirarme en su espejo Mis entrañas lo sabían Y pensar en otra cosa no podía Yo le temía a la vida A disfrutar de sus colores A nunca renunciar sin antes intentar Y así las cosas lindas no se pueden alcanzar     Resiste a lo lejos escuchaba Demasiado lejos Yo le temía a la vida A descansar en lecho de paja A escalar una montaña A escribir un poema una tarde de domingo Yo le temía a la vida.

Mirando el mar desde aquí todo parece ser más alentador   Mirando como de él te dejas dibujar     Tu piel cual lienzo muestra la bellaza ausente de tu alma    Allí dónde las estellas empiezan a salir en fugaz estampida    Mirando las olas Mirando sus naufragios A la deriva mirando el horizonte azul Y la brisa perfuma de salitre mi corazón rebelde. Y no hay canciones que me puedan consolar No estás aquí y no te das cuenta quien soy yo.